poemario de Edith Lomovasky- Goel, 2009



Introducción de la autora
  
Este poemario registra los gestos de un día a día en el recinto infinito y protector del hogar, de mi hogar. En contraste con el cielo plomizo y explosivo que envuelve los movimientos de mi hijo, librepensador de espíritu y uniformado por obligación ciudadana. Las líneas del poemario transcurren, a modo de contrapunto, entre las lentas habitaciones de la casa y  la velocidad de los metales a cielo abierto.

La poesía puede ser fruto de un afán de trascendencia. En este caso, creo que no se trata de eso. Como nunca aprendí a rezar, voy urdiendo en la poesía un rezo. Esta plegaria está plagada de presagios candentes y sin embargo, la paz en la intimidad del alma sobrevive. Esa es la supervivencia. 



                                         Palabras a partir del  26.10.08
Inicio 

En dos días
una parte de mi vida
la vida de mi hijo
el día de nuestra perra
los paseos con la perra
entre los chalets de nuestro
cul-
de-
sac
-religiosamente
dos
por
día –
tendrán otra tonalidad
valiente
como un andén sereno

La resonancia de mi voz
en las paredes verdes
y marfiles
será
inmensa

La vida de la vajilla
cambiará

Una impecabilidad desconocida
invadirá
la cocina negra y marfil.                                                                                    

La vida de las sillas
será otra

El  fuego interior de las hornallas
La  ubicuidad de los teléfonos
Todo cambiará.

La vista espectacular
desde este espléndido salón
ocupará
el espacio merecido

El cielo
-ese gran protagonista-
ya no será
el telón de fondo
de las carcajadas
y  la cena puntual

Una multitud de cuchillos
reposará
en el formol de las vitrinas.

Me moveré
con lo poco
y con lo justo.

El inventario
de bombos
y  platillos
callará

Mi soliloquio
interrumpido
por timbres abruptos
durará
36 meses.

Una sábana imaginaria
cubrirá
los escalones
La vida invisible se armará
de sigilo
entre un visillo
y otro visillo.

La casa vivirá
entre reminiscencias de viudez
y mesas rutilantes.

Las manos ásperas
de mi soldado 
untadas de un óleo negro y espeso
rasgarán
aquí 
las cuerdas .

la integridad subcutánea
resistirá a las armas.

También el reverso
de mi intensiva agenda
no se podrá
resquebrajar

Los labios ardientes
del centinela
pronunciarán
las letras
en los reveses de las marchas

El sueño incansable
rondará la cama.

En las cavidades de este hogar,
lejos de los campos de batalla
un laberinto
se inicia.

¿Quién sera mi nuevo hijo?
¿Qué festejaremos
nosotros tres
aquí
en estos próximos
1095 días
y noches?

En estos nuevos años,
habrá 156
sábados
525,600 minutos

El vuelo
providencial
de un pájaro de acero
derramará
respuestas


Para mi soldado esporádico
para mi niña- sirena
reina de la noche
y para mí
estos tres años
son
serán
un ala hacia el vacío
la postergación
de las buenas aventuras


Me apoyo
en una asidua labor
que tintinea y devuelve
al seno de la familia basal
hilos precisos,
eslabones marinos,
pespuntes de unión.


El gesto nutriente
convertirá  en vívidas presencias
los huecos de belleza
que dejaron al partir
una princesa
de magnífico rostro y manos de seda
y un soldado
de paso firme hacia el sol .

En lo que a mí se refiere,
repetiré
los fogones
durante los 156 sábados
por venir.


Relámpago
Diluvio

Los golpes de tormenta
sobre algún coche
descontrolan la sirena.

Los rayos iluminan el cielo encapotado
como el preámbulo de un ataque aéreo.

Ese fragmento
de orificio celestial
es
como un foco de luz desquiciada
antes del combate

Pero no hay combate.


Un metraje diminuto
se ha embellecido
con el fruto
del sudor
de la sangre
y de las lágrimas.

Estamos en un recinto de corazones sin coraza

La sonrisa uterina
de este sábado
es el trofeo
y el presagio mejor

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El cese de las hostilidades

Visto y considerando que
la primera carta que escribí en mi vida
iba dirigida
precisamente
a la embajada de la India en la capital

siendo mi hijo
precisamente
en estos momentos
participante
de la ineludible
ruleta rusa
que se juega
en la región

los últimos acontecimientos
en este Asia Menor
y aquélla mayor
superan
con creces la lírica
el análisis de algún discurso
la necedad de esta
o aquella
campaña mediática

Habiendo mi hijo
dormido
en tiendas de campaña,
en la misma grilla
donde cayera
precisamente
aquel Kassam
unos días después
- cuando ya estaba en la Escuela Tecnológica Aérea
en el extremo norte de este territorio –

Y como consecuencia de
los desgarradores sucesos
que se suceden
incansablemente,
sin que ningún
comentario editorial
logre corroborar
la fe de las plegarias

Prefiero
ilustrar estas palabras de ahora
con unos dibujos en grafito
o quizás en témpera negra
inspirados en figuras humanas
en primer plano
sacadas del National Geographic de hace 23 años.
Es increíble cómo las fotos del National Geographic
de hace 23 años
se parecen tanto a las de hoy

estas fotos se convirtieron en un género
repetido infinitamente:
rostros de los sin techo,
supervivientes de un tsunami
otro tsunami
otro tsunami
un volcán
un campo minado
un temblor de tierra en el eje sirio-africano
una Bosnia anunciada
cuando aún
nadie la nombraba
una Guerra de guerrillas
chicos de diez años con rifles
nenas de pelo desgreñado y mirada acusadora
( sin caer jamás en el patetismo
del CNN)
Con todo esto no quiero decir
que la compasión no existe
que el amor no existe
o que los futuros  mejores sean sólo una quimera.

Porque
pese a todo
el envoltorio para los bombones
Lady Godiva
despiertan el placer.
El envoltorio de las cuentas
El periódico que envuelve
la albahaca
o basilicum
huele a incienso de iglesias ortodoxas
zarandeado por esos monjes subterráneos
de mirada intensa.

Quiero decir claramente
que - así como la cucaracha supera las calamidades terrestres y evoluciona
y se arma de lo necesario para subsistir -
la hostilidad existe
se apoltrona en las fotos,
en la ira de los vecinos,
en la curvatura de la arena,
en las palmas de los parientes rencorosos,
en el abrazo de los malos perdedores

Ahora que mis hijos luchan por su presente y su futuro en el extremo norte de esta tierra
y yo estoy
tranquilamente sola
me veo en la obligación
de nombrar e ilustrar estas cuchillas
y la interrogación
siempre después del salvataje.

Quiero registrar
esa y otras preguntas
en lo que queda de estos tres largos años
del servicio a la patria.

También yo sirvo
viendo desde aquí
todo tan claro
e insólito.

Aquí
yo,
para ver
lo que llegará
a los andenes
y descifrar lo que se oculta
bajo los durmientes y las filas.
.
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Movilización

Recojo
el fruto egoísta
de esta fresca incertidumbre:
mi hijo
transcurre en un instante
de primavera tardía
- en la escalada
de un entrenamiento
a otro entrenamiento-.

Festejo
la lejanía de los misiles
en el altar invisible de mi escote
.
Echo por la borda
aquel sigilo fronterizo
que se apropia
de la fortaleza más profunda.


El día perdió
su manto de gloria
y de temblor.

Nos refugiamos
en esta
pequeña
primavera abrazadora.

La comida es una dichosa pausa
La vida cotidiana es una pausa
brevísima y altiva.

La luz de nuestros ojos
también es una pausa.

Esto es
una larga pausa en los andenes
antes del trayecto
después del trayecto.

En esta estación
la luz
de los ojos
siempre es
la más
entrañable
de las pausas .


Vivimos
en un callejón sin salida
cul-
de-
sac.

Qué alivio
vivir
en un callejón
sin
salida.

Residir
Poblar
Habitar a desgano
un callejón
sin bifurcaciones placenteras
es
como saber
que hemos llegado y
que
este
es
el territorio de toda nuestra bruma.

Los párpados
caen lentamente
como lluvia anunciada

la tormenta amengua

Un rayo parte el cielo
tejido laboriosamente
por alguna imaginación
guiada.

Se hizo la luz.



Hoy
mientras mi hijo esperaba
el destino militar
vi en yes doco*
un nuevo tipo de turista:
el turista de suicidio

desplazándose
con los despojos a cuestas
y una voz imperturbable

hasta Suiza
en avión
one-
way-

Seiscientos cuerpos
y seiscientas ánimas
se lanzaron ya
a la aventura sin sonrisas

glorificados sean
sus nombres.


Yes doco*

Los documentales de toda esa sangre
acumulada en el grito
son más vibrantes que la empeñosa tarea de la ficción
costosa
deja-vue
acaso verosímil

Siempre la vida me rasga una prenda íntima
adherida a los pliegues

La larga gota del placer interrumpido
se pierde
entre nombres
y epílogos en helvética
blanca
borrosa
en un fondo negro

El pudor de los finales
en yes doco
es de un negro indeleble

En los hiatos queda un hilo de pensamiento
anclado en los  que saltan el golden gate

Los deudos
siempre los deudos
reconstruyen esa crónica
esa muerte
ese desenlace anunciado
como el hallazgo de un cheque
al portador
que nadie se anima a  depositar a viva voz

Los indicios
se instalan
entre las sienes y el occipital.

Son infinitos los alfileres de la culpa
Desgarran lo que resiste en las meninges
Restauran el solo de una danza macabra

El bulbo raquídeo de algún informante
se estremece
y cuenta
lo que nunca se atrevió…

Alguna vida sin nombre
intempestivamente
cobra vida.

Los héroes
de la eutanasia y el salto
recuperan su fibrosidad

* canal de tv de cable israelí, especializado en documentales


Me escapo hacia el zapping
pero el eco de la tibia canción
queda pegada a mis amígdalas.

Furtivamente
llego al canal de la buena vida
y vivo vicariamente
los sueños cumplidos de una pareja inglesa
en "a house by the sea"  en Dorset
O Cornwall
con perspectivas a una bellísima tercera edad

De mi futuro
prefiero
no montar ningún documental.

Celebro este minuto
siempre primerizo
como las partículas
de un telar inmenso.